El Papa León XIV le puso acento al celibato y pidió a los obispos meterle pata a los escándalos
En Roma, el Papa León XIV destacó el celibato como un carisma y llamó a los obispos a actuar con firmeza frente a conductas escandalosas para recuperar la confianza en la Iglesia.

En pleno Jubileo dedicado a seminaristas, sacerdotes y obispos en Roma, el Papa León XIV no se anduvo con vueltas y puso el foco en el celibato, la afectividad y la necesidad de meterle garra a los escándalos eclesiásticos que tienen a la Iglesia en el ojo de la tormenta.
Dirigiéndose a decenas de seminaristas del norte de Italia, el pontífice resaltó que el celibato es un carisma que hay que valorar y cultivar con el corazón, citando nada menos que a San Agustín y sus Confesiones. Además, pidió transformar los seminarios en verdaderas escuelas de afecto para aprender a amar como Jesús, justo en una sociedad que anda bastante narcisista y con bardo por todos lados.
En un encuentro con 400 obispos, el Papa remarcó cuatro virtudes clave: prudencia pastoral, pobreza, perfecta continencia y virtudes humanas, subrayando que el celibato debe brillar con una castidad viva y un testimonio de santidad bien firme.
Con tono firme y sin vueltas, les pidió a los obispos que no aflojen ni un cachito frente a cualquier conducta escandalosa, sobre todo en casos de abuso hacia menores, aplicando las normas vigentes con toda la fuerza y sin titubeos. La idea es limpiar la imagen y fortalecer la moral de la Iglesia, que anda con la mecha corta en estos temas.
El Jubileo cerrará este jueves con una vigilia de sacerdotes para renovar el compromiso afectivo y ético de quienes guían las comunidades católicas. Con este llamado, el Papa León XIV deja bien clarito el camino: celibato querido y bien cultivado, obispos que se ponen la camiseta y futuros sacerdotes formados con raíces profundas y un corazón misionero.