En la Casa Rosada ya dan por sentenciado que la Corte le va a dar con un caño a Cristina Kirchner
Mientras en la Rosada hacen silencio y recalientan el mate, la Corte Suprema se prepara para definir el futuro judicial de Cristina Kirchner en la causa Vialidad. Hasta Milei sigue el tema desde Israel sin despeinarse.
Se armó un manso lío en la Casa Rosada con la bomba que prende la Corte Suprema este 16 de junio, cuando Horacio Rosatti y sus colegas se junten para decidir sobre el futuro judicial de Cristina Kirchner. En el oficialismo ya no le tienen mucha fé a la ex presidenta, dan por descontado que esa sentencia les va a caer como un balde de agua fría para la jefa K.
Mientras tanto, el presidente Alberto Fernández la sigue de lejos desde su gira por Europa e Israel, y el único que queda manejando los hilos acá es Santiago Caputo, que ni salió del despacho mientras hasta hicieron reunión de gabinete con Guillermo Francos a la cabeza. Nadie quiere mandarse un papelón, así que todo es tranquilidad y puro mutismo.
Desde el oficialismo salieron con la posta de que si bien Cristina parecía muerta políticamente, esta movida judicial la podría reanimar. "En todo el mundo, cuando un dirigente va preso, vuelve con más fuerza", soltó un funcionario que sabe de qué habla. El quilombo está en que si la Corte revoca el pedido de revisión de Cristina, la situación se pone complicada y puede quedar fuera de las próximas elecciones, lo que para el Gobierno es un dolor de cabeza importante.
Por el lado de la oposición y la tribuna mediática, Javier Milei sigue el tema como si fuera un partido, saliendo a tirar sus bromas desde Israel, mientras se reunió ni más ni menos que con Isaac Herzog y Benjamin Netanyahu. El peronismo y kirchnerismo, por su parte, se encierra a discutir qué hacer en la sede del PJ, tratando de no pasarse de rosca y manteniendo un perfil bajo.
Así están las cosas en este momento en la Argentina política: la caja de Pandora judicial está pronta a abrirse y todo el mundo está expectante. El oficialismo, aunque por fuera se haga el distraído, sabe que lo que se viene puede ser un punto de inflexión para la carrera política de Cristina Kirchner y el mapa electoral bonaerense. Queda en el aire la pregunta: ¿será el fin de una era o puro humo para calentar la previa?
