Fernando, el bancario con alma solidaria que brilla en la sombra
Durante 30 años en la actividad bancaria, Fernando quedó lejos de los reflectores, pero con un corazón que late fuerte por su gente, llevando merienda a quienes más lo necesitan en Caucete.
Cuando uno piensa en un bancario, la imagen típica es la de alguien tras un vidrio contando billetes o cuadrando cuentas, pero Fernando es mucho más que eso. Con tres décadas en el Banco San Juan, este tipo lleva la solidaridad tatuada en el alma, aunque siempre en modo bajo perfil.
Este hombre que nos regaló varias jornadas bancarias, filosa pero respetuosa, jamás se olvidó de lo que heredó de sus viejos: el valor de la empatía. Mientras que muchos sueñan con sueldos y horarios cómodos, él destina tiempo y cariño para los que la tienen difícil.
Desde hace años, junto a su familia, Fernando se las ingenia para llevar algo de alegría a una zona humilde en Caucete, cerca del Control Forestal. Allí reparte regalitos, chocolate, medialunas y galletitas para compartir una merienda que cálidamente ilumina la jornada de los vecinos más necesitados. No está solo en esta cruzada: con Alfredo y su familia conforman un equipo que va al rescate solidario con la misma meta, sin hacer ruido ni buscar aplausos.
Además de ser hincha fiel de Boca y guerrero confeso de Unión de Villa Krause, lo que más brilla en Fernando son sus valores, su capacidad de mantener fuerte y unida a su familia y su devoción para cumplir con su laburo bancario con pulcritud. En tiempos donde solemos idolatrar lo rimbombante, éste es un ejemplo de bancario que prefiere actuar desde el anonimato, pero dejando huella con el corazón.
