Las expensas aumentaron por encima de la inflación: cuál es el gasto promedio en los edificios porteños
Mientras la inflación afloja un toque, las expensas siguen subiendo como cohete. ¿Cuánto cuesta mantener un edificio en CABA y provincia? ¡Te contamos los números que te van a dar dolor de cabeza!

¡Che, qué quilombo con las expensas! Uno labura como un burro para llegar a fin de mes y resulta que mantener el departamentito cada vez cuesta más caro. Parece que vivir en un edificio se está convirtiendo en un lujo, ¡más que antes!
Según un relevamiento de ConsorcioAbierto, en CABA, la expensa promedio en junio llegó a los $268.591. ¡Una locura! Eso significa un aumento del 4% en un mes y del 52,8% en un año. Y eso que el INDEC dice que la inflación de junio fue del 1,6%. ¡Alguien no está haciendo bien las cuentas acá!
Para que te hagas una idea, en mayo de 2025, las expensas estaban en $258.218. Y hace un año, en junio de 2024, eran de $175.727. ¡Casi cien lucas de diferencia en un año! ¡Una barbaridad!
Pero ojo, que no solo en Capital están sufriendo. En Provincia de Buenos Aires, la expensa promedio llegó a $127.193, con un aumento del 5,5% en el mes y del 83% en el año. ¡Un disparate!
Y la cosa sigue en otras provincias: Córdoba ($119.106), Santa Fe ($107.014) y hasta en Entre Ríos ($51.078), donde "bajaron" un poquito, pero siguen siendo un clavo.
¿Y en qué se nos va la guita? En CABA, los principales gastos son sueldos y cargas sociales del personal, servicios (luz, agua, gas), mantenimiento, seguros y honorarios del administrador. En la Provincia, es parecido.
Para colmo, la morosidad no ayuda. El 17% de los departamentos en CABA y provincia de Buenos Aires deben expensas. ¡Casi dos de cada diez vecinos! Y encima, te enchufan intereses por mora que te hacen llorar.
Albano Laiuppa, director de ConsorcioAbierto, dice que es importante revisar en qué se está gastando la guita y usar la tecnología para ser más transparentes. ¡Buena idea, Albano! Pero a ver si los administradores se ponen las pilas y nos dan una mano a los laburantes.
En fin, parece que vivir en un edificio se está volviendo un dolor de cabeza. ¡A ver si alguien hace algo para que no tengamos que vender un riñón para pagar las expensas!