Martín, sus perros y una vida en la calle: la historia que conmueve y busca un final feliz
Vivía en la calle con sus tres perros, estudiaba y los cuidaba como oro. Una internación lo cambió todo. Ahora buscan un hogar para los animales y rezan por su recuperación. Una historia de amor, abandono y esperanza.

La historia de Martín te parte el alma. Vivía en la calle, en la esquina de Callao y Sarmiento, acá en Buenos Aires, con sus tres perros. Un carrito era su hogar, su refugio contra el frío y la soledad.
María Eugenia Frías, una laburante que lo conoció, cuenta que Martín, de unos 30 años, era un tipo especial. "Cuidaba mucho de sus perritos, se preocupaba por ellos. Me dijo que estaban vacunados y desparasitados", relata. Los perros, de 7 u 8 meses, eran su familia, los había rescatado de cachorros.
A pesar de su situación, Martín se las rebuscaba para que no les faltara nada. Incluso, cuando uno de los perros se enfermó, lo llevó al veterinario. Y no solo eso, ¡se estaba poniendo las pilas para terminar el secundario! Con la ayuda de María Eugenia, que le imprimía los apuntes, había retomado sus estudios en Adultos 2000.
Pero la vida le dio un golpe bajo. Una consulta médica terminó en una internación en el Hospital Borda. Y ahí, todo cambió. María Eugenia, con el corazón en la mano, se hizo cargo de los perros, pero no puede tenerlos. Ahora, busca desesperada un hogar para ellos.
"Ojalá alguien pueda adoptarlos juntos, porque ellos se protegen entre sí", se esperanza María Eugenia. Durante más de un año, ella fue el ángel de la guarda de Martín y sus perros. Les llevaba comida, mantas, zapatillas, todo lo que necesitaban.
El día de la internación, Martín le pidió a María Eugenia que cuidara a sus perros mientras iba al hospital. Pero nunca volvió. "Estaba en plena avenida con los tres perros, todas sus pertenencias y sin saber qué hacer", recuerda con angustia.
Gracias a la solidaridad de la gente, los perros están ahora en una pensión en Moreno, donde los cuidan y los alimentan bien. Pero necesitan un hogar, una familia que les dé el amor que Martín les daba.
"Esto me atravesó. Están vivos, están cuidados. Ahora falta el paso final: encontrarles una familia", dice María Eugenia, con la esperanza de que Martín se recupere y pueda rehacer su vida.
Esta es una historia de abandono, de lucha, pero también de amor y esperanza. Una historia que nos recuerda que, a veces, los que menos tienen son los que más dan.