Tras ser campeón con un histórico San Lorenzo se reinventó: cocinero, administrativo y mantenimiento de piscinas
Roly Escudero formó parte del recordado equipo dirigido por el Bambino Veira que salió campeón en 1995. Luego del retiro se dedicó a otras profesiones
¡Cuervo, agarrate que te va a dar un ataque de nostalgia! Se cumplen 30 años de aquel San Lorenzo campeón del Clausura "95, ese que nos sacó la mufa de 21 años sin dar la vuelta olímpica. Y para festejar, charlamos con uno de los baluartes de esa defensa, el Roly Escudero. ¡Pero ojo, que la vida del Roly tiene más gambetas que el Diego!
Aquel junio de 1995, con el Bambino Veira al mando, el equipo era un poema: Passet, Escudero, Arévalo, Ruggeri, Manusovich, Monserrat, Galetto, Netto, Silas, Biaggio y el Gallego González. ¡Un equipazo! El Roly, desde su Capitán Sarmiento, recuerda ese campeonato como si fuera ayer.
"Los hinchas nos felicitaban y nos agradecían por el título. Nos decían que, gracias a nosotros, los habían dejado de cargar en el secundario", cuenta el Roly a Infobae. ¡Tremendo!
Pero la cosa no quedó ahí. Después de colgar los botines, el Roly se puso las pilas y le metió a la cocina. ¡Sí, señores, el Roly ahora es chef!
"Mi hobby es la cocina. En su momento había puesto una parrilla... Después me dediqué al mantenimiento de piletas", explica. ¡Un laburante con todas las letras! Pero la parrilla tuvo sus dramas: "En la parrilla sufrimos tres robos. En el último, nos robaron todo lo que teníamos". ¡Qué bronca!
Ahora, el Roly la rompe con las empanadas: "Estoy con las empanadas de osobuco braseado, de bondiola desmenuzada y de carne picada tradicional". ¡Para chuparse los dedos!
Y hablando de fútbol, el Roly se acuerda de las anécdotas con el Bambino: "Siempre el Bambino me decía ‘voy a poner un candado en la heladera’ porque yo tenía problemas de sobrepeso y no paraba de comer". ¡El Bambino, un adelantado del coaching motivacional!
Para cerrar, el Roly recuerda aquel título como una revancha: "Fuimos ese grupo excelente que le devolvió la alegría al pueblo azulgrana". ¡Y vaya si lo hicieron! Un abrazo grande al Roly, un ejemplo de que se puede ser campeón en la cancha y en la vida.
