Alerta en la industria por caída del stock ganadero y posible impacto en precios de la carne
La reducción del rodeo nacional y el aumento esperado de la demanda generan preocupación en frigoríficos y productores. El consumo de carne vacuna registró el segundo nivel más bajo desde 1914.

La industria cárnica enfrenta un escenario complejo debido a la reducción del stock ganadero, que descendió a 51.626.909 cabezas, con una pérdida cercana a 2,6 millones de animales en los últimos dos años, afectado por una prolongada sequía y ventas forzadas.
Sebastián Bendayán, gerente de la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe (Cafrisa), advirtió sobre un posible aumento en los precios de la carne si se concreta una recomposición salarial que eleve la demanda, la cual representa el 70% de la producción nacional, mientras la oferta sigue limitada.
El consumo anual por habitante durante 2024 cayó a 47,7 kilos, un 9% menos que el año anterior y el segundo nivel más bajo desde 1914; sin embargo, en mayo se observó una ligera recuperación con un consumo de 49,5 kilos por habitante.
Ernesto Lowenstein, empresario frigorífico y dirigente de la Unión de la Industria Cárnica Argentina (Unica), señaló un problema estructural: el número de cabezas de ganado no crece a la par con la población, ya que en 1978 había casi 50 millones de animales para 25 millones de habitantes, cifra similar a la de hoy para 46 millones de habitantes.
Miguel Jairala, del Consorcio de Exportadores ABC, agregó que el stock actual es el más bajo desde 2012, lo que genera ociosidad en plantas frigoríficas y afecta la rentabilidad; las exportaciones también se resienten debido a la competencia internacional y los mayores costos locales.
Bendayán enfatizó la necesidad de brindar incentivos claros y reales al productor ganadero, remarcando que criar un animal toma más de dos años y que la falta de reglas claras ha desincentivado inversiones y mejoras en la producción.
Dardo Chiesa, coordinador de la Mesa Nacional de las Carnes, sostuvo que la pérdida de credibilidad y confianza en el sistema es clave para la difícil situación y que los productores requieren certezas para comprometerse con planes a largo plazo.
El sector exigió reformas fiscales, incluyendo ajustes en el tratamiento del Impuesto a las Ganancias por tenencia y el IVA sobre inversiones, aspectos críticos para la viabilidad del negocio.
Además, se cuestionó la competitividad internacional: la diferencia de precios con Brasil y la pérdida de mercados relevantes como China, que representa entre 60 y 65% de las exportaciones, limitan el desarrollo.
Respecto al Senasa, se denunció falta de personal y recursos, dificultando sus funciones de control y certificación, junto con la desconexión entre la recaudación y la inversión en el organismo, lo que debilita la industria.
Finalmente, se señaló que la disparidad de estándares sanitarios entre frigoríficos de distintas jurisdicciones genera competencia desleal y afecta la calidad, mientras que la trazabilidad y la información al consumidor interno no están garantizadas, a diferencia de los mercados internacionales.