Gustavo De la Fuente busca prisión domiciliaria y la Cámara de Casación define su suerte
La Cámara de Apelaciones de Mendoza dio vía libre para que el caso del abogado procesado por trata y lavado de dinero llegue a la máxima instancia penal. La defensa apela por su salud y la de su mamá.

En un giro inesperado del quilombo legal, la Cámara de Apelaciones de Mendoza autorizó que el caso del abogado penalista Gustavo De la Fuente, procesado por trata de personas y lavado de guita, pase a la Cámara de Casación Penal de la Nación. Este es el segundo tribunal más importante del país y podría jugarle a favor mientras sigue la investigación.
Desde julio de 2024, De la Fuente está tras las rejas en el Penal de Chimbas, acusado de haber estado metido en una red que vendía videos eróticos con mujeres en situación vulnerable. Aunque esas mujeres habrían dado su ok, la Justicia federal tira abajo si el abogado se llenó los bolsillos a costa de esa movida.
La defensa, liderada por Fernando Castro, no se guardó nada y presentó varios pedidos para que le den prisión domiciliaria, todos rechazados en tribunales locales, pero este jueves la Cámara de Apelaciones mendocina se partió y terminó dando luz verde para que la Casación analice si le bajan línea para que pueda seguir el proceso en casa.
Los jueces Juan Ignacio Pérez Cursi y Manuel Alberto Pizarro bancaron la apelación, mientras que Gustavo Castiñeira de Dios dijo que no. La defensa apela a que De la Fuente anda complicado de salud con sospechas de Chagas agarrado en la cárcel y que su mamá está en un estado delicado, todo basado en la Convención Interamericana sobre los Derechos de las Personas Mayores. Además, sostienen que mantenerlo preso viola la proporcionalidad y no discriminación.
Según la resolución, tiene 8 días para presentar todo el papelito que le piden ante Casación, que no tiene fecha fija para decidir. Este paso puede cambiar la película y marcar un precedente para casos jodidos como este.
Mientras tanto, el abogado sigue en Chimbas, esperando que le den el visto bueno o no. Este caso sigue generando revuelo porque involucra a un conocido penalista y delitos graves, y todavía no hay definiciones claras.