Desesperada búsqueda en La Serena: la familia del joven sanjuanino no se mueve de la playa y ruega por noticias
Alejandro, de 17 años, fue tragado por el mar en Cuatro Esquinas y desde entonces no hay rastro. Su familia atraviesa horas interminables entre incertidumbre, rezos y un operativo que no se detiene.
La desaparición de Alejandro Cabrera Iturriaga, un chico sanjuanino de 17 años que fue arrastrado por el mar en la playa Cuatro Esquinas de La Serena, mantiene en vilo a su familia y a todos los que siguen el caso desde ambos lados de la cordillera. Desde el mediodía del lunes, cuando ocurrió el episodio, un enorme operativo de rescate lleva casi un día entero sin descanso, mientras la angustia crece minuto a minuto.
El más grande de los hermanos, Facundo, contó desde la orilla que la familia está "sostenida por la esperanza, pero golpeada por la incertidumbre". El adolescente vivía en La Serena desde hace un año, donde estudiaba en el Liceo Gabriela Mistral, aunque su origen sanjuanino hizo que la noticia repercutiera con fuerza en su provincia natal.
La escena que vivieron fue durísima. La mamá de Alejandro vio en directo cómo la corriente se llevaba al grupo de jóvenes que había entrado al agua. El impacto emocional fue tal que tuvo que ser asistida por profesionales del municipio local. Facundo explicó que su madre logró descansar apenas unas horas, pero sigue completamente quebrada por la situación. Él llegó al lugar después del hecho, ya que se encontraba trabajando, y desde entonces no se separa de ella.
El grupo de chicos que ingresó al mar estaba compuesto por cinco familiares de entre 12 y 22 años. Cuatro fueron rescatados de milagro por un hombre que se arrojó al agua sin dudarlo. Entre ellos, un hermano menor de 14 años, que continúa internado aunque evoluciona favorablemente. "Pudo comer, hablar un poco y descansar", contó Facundo. También estuvieron involucrados una hermana y un primo, ambos de 19 años, quienes ya están recuperados en sus casas.
La búsqueda sigue siendo enorme: la Armada de Chile encabeza el operativo, junto a Bomberos, pescadores artesanales y personal municipal. También se han sumado drones para ampliar la zona de rastreo. Aunque las autoridades reconocen que las chances no son alentadoras debido a las características del sector, insisten en que el trabajo continuará al menos por diez días.
En la playa, la familia Cabrera pasa las horas observando el mar, esperando que alguna señal rompa la tormenta emocional que los rodea desde el lunes. La fe y la esperanza siguen intactas, a pesar de todo.