Un virus argentino le planta cara al cáncer colorrectal y sus células rebeldes
Un grupo de científicos nacionales desarrolló un virus que reconoce y elimina distintas células tumorales, incluso las resistentes a tratamientos. El hallazgo promete terapias más personalizadas para frenar las metástasis.
En el complejo universo del cáncer colorrectal, donde las células del tumor parecen bailar a su propio ritmo y escapar a las terapias clásicas, un equipo de investigadores argentinos dio vuelta la página. Desde la Fundación Instituto Leloir, el CONICET y varios hospitales públicos de Buenos Aires, crearon un virus revolucionario denominado AR2015, capaz de identificar y atacar simultáneamente la variedad de células que conforman estos tumores, inclusive aquellas que suelen zafar de los tratamientos convencionales.
El problema central era la heterogeneidad tumoral: dentro del mismo tumor conviven células con distintas características, lo que hace que muchas terapias, como la quimioterapia o los virus anteriores, fallen porque solo eliminan un sector del tumor y dejan libres a otros. Así, la enfermedad persiste o aparecen metástasis, principalmente en el hígado.
Para darle batalla a esta dificultad, los investigadores analizaron en profundidad los genes vinculados al cáncer colorrectal. Allí detectaron dos marcadores llamados A33 y vWA2, presentes en distintas etapas de desarrollo tumoral, pero ausentes en el tejido sano del intestino. A partir de ellos, diseñaron un promotor híbrido, una parte del virus que logra reconocer y atacar células malignas que tengan uno u otro de esos marcadores, ampliando así su alcance dentro del tumor.
Los ensayos en laboratorio demostraron que AR2015 puede replicarse y destruir células tumorales portadoras de A33, vWA2 o ambas simultáneamente. Además, probado en muestras tomadas directamente de pacientes, el virus mostró una capacidad real para eliminar células cancerosas clínicas, lo que robustece su potencial como terapia médica.
En pruebas con modelos animales, la administración del virus frenó el avance de metástasis hepáticas, uno de los grandes caballos de batalla en el tratamiento del cáncer colorrectal. Otra gran noticia: el virus no dañó células sanas ni otros tejidos, garantizando precisión y seguridad, dos condiciones esenciales para cualquier tratamiento oncológico.
Para redondear la apuesta, los científicos combinaron AR2015 con oxaliplatino, un medicamento común en quimioterapia. Esta dupla potenció el efecto terapéutico y consiguió una reducción más significativa en las metástasis del hígado. El diseño compacto del promotor también abre la puerta para sumar futuros genes que potencien las defensas del organismo, fortaleciendo la respuesta contra el tumor.
El desafío que se viene es seguir explorando esta tecnología en modelos más complejos y en situaciones que simulen mejor la realidad clínica. Además, planean incorporar nuevas funciones que hagan el tratamiento cada vez más personalizado y efectivo, dándole al paciente una esperanza real y concreta contra esta temible enfermedad.
Esta investigación, publicada en Molecular Therapy: Oncology, del grupo Cell Press, sienta un precedente en la lucha contra el cáncer colorrectal y muestra que la ciencia argentina no anda con vueltas: está metida de lleno en la pelea, con ingenio, pasión y tecnología de punta.