El secreto para ahorrar energía en la heladera con un simple corcho
Un corcho de botella puede ser el aliado ideal para mantener el freezer seco, sin olores y más económico en su consumo eléctrico.
La heladera es nuestra aliada en la cocina, pero también puede ser un pequeño monstruo devorador de luz y generador de olores nada agradables cuando se llena de humedad. Por suerte, un truco bien al estilo casero y bien sanjuanino puede salvarnos el día. Se trata de poner uno o varios corchos dentro del refrigerador, un secreto que los expertos en mantenimiento doméstico recomiendan sin dudar.
Los corchos, con su estructura porosa y natural, funcionan como una esponja que absorbe esa humedad pesada y los olores molestos que a veces se empeñan en quedarse más tiempo del que deberían. Así, el aire se mantiene más limpio y fresco, y el frío circula mejor, sin que el motor se ponga a laburar a full. Esto no solo ayuda a reducir el gasto eléctrico, sino que también alarga la vida útil de los alimentos, ¡un golazo para el bolsillo y la cocina!
¿Cómo aplicar este dato? Simple: ubicá algunos corchos justo en esos estantes o cajones donde suele sobrar espacio y el aire se estanca un poco. Pero ojo, no hay que tapar las salidas de aire, así que calculá bien dónde ponerlos. Con unos pocos alcanza y sobra. Eso sí, cada mes o dos cambialos, porque si quedan mucho tiempo ahí, se pueden llenar de humedad y no hacer el mismo efecto.
Claro está, este truquito no reemplaza la limpieza periódica ni el mantenimiento clásico, como la descongelación o revisar que las gomas cierren bien, algo fundamental para que la heladera siga andando viento en popa.