Paula Chaves sin filtro: "Me dejaron afuera por ser "grandota" a los 18 años"
La conductora reveló las presiones que sufrió en sus inicios por los estándares de belleza de la moda. Un testimonio que abre el debate sobre los trastornos alimenticios en el país.
Paula Chaves, la reconocida conductora y ex modelo, no se guardó nada y se abrió a corazón abierto sobre las dificultades que enfrentó en sus primeros pasos en el mundo de la moda. Desde el ciclo de streaming OLGA, donde ahora participa, Paula contó el manso quilombo que significan los estándares de belleza para las pibas que arrancan.La charla arrancó fuerte cuando Lucía Levy, periodista especializada en moda, tiró un dato que dejó a todos pensando: Argentina está segunda en el mundo en casos de trastornos alimentarios, solo superada por Japón. "Acá la presión es tremenda, sobre todo para nosotras, que siempre tenemos que ser delgadas y jóvenes", remarcó Levy, y ahí quedó picando el tema.Ahí nomás, Paula se sumó y recordó su propia historia. Contó que cuando era una piba de apenas 18 o 19 años, sentía una presión zarpada por su aspecto físico. Aunque para ella el modelaje era más un pasatiempo para ayudar en casa, la industria no le daba respiro. "Me volvieron loca con el peso y yo ya era delgada", soltó, dejando claro lo absurdo de la situación.Y lo más fuerte de todo: "¿Sabés cuántas productoras de moda me dejaron afuera de desfiles y campañas por decirme que era "grandota"?", reveló Paula, indignada. Explicó que para ellos, "grandota" no era "gorda", sino alguien saludable que no encajaba en su molde de flacura extrema. ¡Con 65 kilos a esa edad, la trataban así!Por suerte, Paula destacó el aguante de su familia y amigos del barrio. "Tuve un sostén que me ayudó a tener los pies sobre la tierra y a que no se me cag*ra la cabeza", reflexionó, agradecida de no haber caído en los extremos a los que muchas otras se ven empujadas.Cerrando su testimonio, Paula lamentó que la situación no parece haber cambiado mucho para las nuevas generaciones de modelos. "Veía a compañeras que se mataban para estar así, y otras que son flacas por genética. Hay que entender eso. Pero la realidad es que nada cambió", sentenció, dejando un llamado de atención sobre la salud y la autoimagen en una industria que sigue siendo muy exigente.
