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Cabré íntimo

¡De no creer! Nicolás Cabré y su "obsesión" de pibe: ¡tenía que baldear el patio antes de jugar!

El actor sorprendió a Mario Pergolini contando el insólito ritual de limpieza que tenía a los 7 años y cómo su familia lo acompañaba en esa manía.

¡De no creer! Nicolás Cabré y su "obsesión" de pibe: ¡tenía que baldear el patio antes de jugar!Crédito: Infobae

Che, ¿vos te imaginás a Nicolás Cabré, el galán de las novelas, de pibito, con una escoba en la mano, dejando el patio impecable antes de siquiera pensar en jugar? Bueno, él mismo lo contó, y la verdad, ¡es de no creer! Frente a Mario Pergolini en "Otro día perdido", Cabré se mandó al frente y reveló su "manía" de la infancia.
Todos los días, antes de picar la pelota o lo que sea con su hermano, agarraba el balde y la escoba. "Tenía que estar todo limpito", aseguró, y detalló: tiraba el agua, barría, pasaba el secador y hasta el trapo de piso. ¡Un trabajo completo!
Lo más loco es que no era un capricho de un día. El pibe, con apenas siete añitos, no daba el visto bueno hasta que "la última línea quedara perfecta". Su hermano, el pobre, se quedaba ahí, ¡esperando que terminara el show de limpieza!
Y el padre, lejos de retarlo, decía "Dejalo, pobre, pobre", con una ternura que hoy el actor recuerda entre risas. Para Cabré, ese ritual no era solo una cuestión de higiene; era como una especie de "puerta de entrada" al juego, un paso indispensable. Si no estaba todo impecable, no había diversión.
Aunque hoy, con la hidrolavadora, todo sería más fácil (como bromeó con Soy Rada), esa costumbre le duró un montón de años. Pero ojo, el tiempo pasa y uno aprende. Hoy, el actor dice que está "mucho más liviano" con un montón de cosas.
Aquel perfeccionismo zarpado de pibe, que lo hacía esperar hasta que el piso estuviera seco sin una gota, se fue aflojando. Una lección de vida, ¿viste? Al final, lo que parece una anécdota graciosa de un nene obsesionado con la limpieza, esconde una linda historia de una familia que supo acompañar y entender las particularidades de uno de sus integrantes. Y Cabré, que hoy se ríe de su "yo" de siete años, no se guarda nada al recordar esa costumbre que, sin dudas, lo marcó.

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