¡Qué emoción! Gianinna y Claudia de tour por Nápoles: "Mamá, te vi brillar como nunca"
Madre e hija volvieron a la ciudad de Diego y Gianinna se emocionó al ver la felicidad de Claudia. Un viaje lleno de recuerdos y homenajes al Diez que las marcó para siempre.
En un mensaje bien íntimo, Gianinna contó lo que sintió al regresar: "Nápoles es como sentirse en casa, un amor sin condiciones que te abraza el alma. Te da paz y adrenalina a la vez, es algo que no se puede explicar. Única, como él… ¡Gracias Nápoles, me hiciste muy feliz! ¡Hasta pronto!". Así describió la hija del ídolo lo que las fotos ya mostraban: una ciudad que le da tanto y que siempre la conmueve.
El recorrido por los rincones napolitanos fue tan fuerte como esas sensaciones. Frente a una pared llena de calcomanías y grafitis, Gianinna levantó el cartel que decía "JUSTICIA POR DIOS - 10", rodeada del número y la silueta del sombrero, sintiendo el reclamo que Nápoles todavía grita por Diego. La onda del lugar, sus colores y símbolos, son un homenaje que no para nunca.
Pero el viaje fue también una oportunidad para reconocer a su mamá. Mirando a Claudia, Gianinna le confesó: "Te vi muy contenta en cada lugar que visitamos, pero al pisar Nápoles, te vi brillar. Te emocionaste y emocionaste a todos los que se cruzaban. Esos abrazos, esas historias y el cariño que te llega al alma, mamá, me dieron años de vida. ¡Gracias por tanto, Ma! Este viaje me lo guardo en el corazón para siempre. ¡Qué orgullo me da ser tu hija! Te amo y te admiro".
La ciudad late a su manera. Lo demuestra el mural de Maradona como una figura religiosa, con corona de espinas y esa mirada que mezcla contradicción y fe. En otro balcón, flamea una bandera con la cara y el nombre de "Diego", con luces sobre paredes viejas. En las entradas de las casas, bufandas del "Napoli 1926" y "Maradona" cuelgan como algo natural, como si decir Maradona fuera decir hogar.
Gianinna, sonriendo y con los brazos cruzados, posó junto a una figura de tamaño real de su papá, mezclándose con la pared llena de mensajes. En otra fachada, Diego se adueña de la arquitectura y su cara está pintada donde una ventana es parte de la obra, como si quisiera asomarse a la vida de la ciudad cada día.
Así, entre palabras y fotos, Gianinna Maradona encontró en Nápoles mucho más que recuerdos: halló una ciudad que sigue vibrando con el nombre y el legado de su papá, y un abrazo colectivo que la hizo sentir en casa, rodeada de amor, historia y agradecimiento. En la ciudad que nunca deja de nombrar a Diego, Gianinna encontró, entre murales, banderas, flores y consignas, un lugar que vibra con la ausencia y la memoria, el orgullo de ser hija y la certeza de un amor que atraviesa todas las edades.
