La Armada Argentina se mete en la pelea: oficial rumbo a la fuerza multinacional en Medio Oriente
Argentina manda al capitán Walter Schell a la Fuerza Marítima Combinada que cuida un punto clave del comercio mundial, justo donde la cosa está caliente entre Irán e Israel.

La Armada Argentina, por orden del Ministerio de Defensa, pone en marcha la movida y enviará a mediados de agosto al capitán de fragata Walter Schell para sumarse al Estado Mayor de la Fuerza de Tareas 154 (CTF 154), que forma parte de la Fuerza Marítima Combinada (CMF), un combo multinacional con nada menos que 46 países metidos en el asunto.
El 10 de julio, el comodoro Ben Aldous de la Royal Navy, que es el segundo al mando de la FMC, mandó una carta avisando que las operaciones vuelven a la cancha el 18 de agosto y que los planes se ponen en marcha el 27 de agosto. Todo esto después de un parate en junio por el quilombo entre Israel, Irán y Estados Unidos, con ataques y todo, justo en la zona caliente del estrecho de Ormuz, Mar Arábigo, Golfo de Adén y demás.
El estrecho de Ormuz es un paso clave para el comercio mundial, sobre todo para el tránsito de energía, y aunque Irán firmó la Convemar, no la ratificó y se maneja a su manera, lo que generó la creación en 2001 de esta fuerza naval multinacional liderada por Estados Unidos para evitar que algún país haga la suya y corte el paso.
Bloquear ese paso sería un mamarracho internacional y justificaría una intervención global. La FMC sigue firme en su misión de cuidar el comercio, pero sus barcos y aviones están listos para responder a cualquier bardo, según quien mande el recurso.
La FMC no es parte de la OTAN ni de otros pactos como PCSD o AUKUS, aunque se mueve en zonas donde esos bloques están presentes. La 5ª Flota de la US Navy, desde Bahrain y bajo el mando del vicealmirante George Wicoff, también está en la misma zona y lidera la FMC.
Por ahora, Argentina solo aporta un oficial, pero la idea es meter un barco o una aeronave P-3C Orión, que se compró a Noruega y que tiene tecnología de punta para patrullar y detectar amenazas. La Marina ya tiene experiencia en la región, tras la operación Escudo del Desierto en 1990, cuando metió dos barcos para liberar Kuwait.
Los P-3C Orión no son cualquier cosa: sirven para cazar pesca ilegal, hacer patrullajes en zonas polares y luchar contra la piratería. Con sus radares y sensores de última, están más que listos para bancar la parada contra amenazas como los hutíes de Yemen, que no son precisamente amigos y ya atacaron barcos mercantes.
Este paso muestra cómo Argentina se alinea con los sistemas que lidera el Pentágono, poniendo el ojo en la seguridad marítima en una zona donde no sobra ni un centímetro de paz, y que es clave para el comercio mundial.