¡Ojo al Piojo! El Talmud ya nos advertía sobre las Fake News ¡Hace 2000 años! ¿Será que la gilada no es nueva?

Che, ¿cómo andamos? Acá les habla el Ruso, para ponerle un poco de pimienta al día. ¡Porque si no, qué aburrido sería todo!

Andaba pensando, con este quilombo de las redes sociales, las noticias que te mandan por WhatsApp, los videos que te juran que son verdad... ¡Uno ya no sabe qué creer! Pero, ¿saben qué? Parece que esto de la mentira no es cosa nueva. ¡Ni ahí!

Me puse a investigar, viste, y me encontré con una cosa que me voló la peluca: ¡el Talmud! ¿Lo conocen? Es un libro recontra antiguo de los judíos, ¡de hace 2000 años! Y ahí, ¡agarrate Catalina!, ya hablaban de los "testigos falsos", los que mienten para perjudicar a otros.

Según estos tipos, si vos mentís para dañar a alguien, ¡te tiene que caber la misma que querías que le caiga al otro! ¿Entendés la movida? Si por tu culpa lo querían multar, ¡vos tenés que pagar la multa! Si lo querían mandar al muere, ¡vos te vas al muere también! ¡Como para pensarlo dos veces antes de tirar fruta!

Pero ojo, que no es solo cosa de leyes. Es un tema de moral, de ser buena gente, de no cagar al prójimo. Porque mentir, aunque lo hagas desde el celu o desde la radio, ¡es una forma de violencia! Y el que hace daño con la lengua, ¡se tiene que hacer cargo!

Hoy en día, ¿cuántos vemos que andan inventando cosas para defender a un político, atacar a otro, o simplemente para armar bardo? ¡Un montón! Y a veces lo hacen sin mala leche, por "jugar el juego" de las redes. Pero el resultado es el mismo: ¡la gente se come una película que no es, y después vota o hace cosas basándose en esa mentira!

Entonces, ¿qué hacemos? ¿Nos resignamos a vivir en un mundo de mentiras? ¡Ni en pedo! Para mí, el Talmud nos da una mano. Porque nos dice que la verdad es la base de todo, de la justicia, de la convivencia. Y que el que miente, se está creyendo juez, fiscal y verdugo a la vez. ¡Y así no va!

También hablan de los "perseguidores", los que te acosan y te ponen en peligro. Y dicen que está bien detenerlos, ¡incluso antes de que te hagan daño! En el mundo digital, serían los que usan su voz para bardear, difamar y poner en riesgo a otros. ¡Y a esos, hay que pararlos antes de que sea tarde!

Al final, la cosa es simple: las palabras tienen poder. Pueden salvar o destruir, conectar o aislar, aclarar o confundir. Y el que usa su palabra como un arma, tiene que saber que esa arma es de verdad. ¡Y que se le puede volver en contra!

Así que ya saben, muchachos. ¡Ojo con lo que comparten! ¡Chequeen la información antes de reenviar! ¡No se dejen llevar por la primera boludez que leen! Y si ven que alguien está mintiendo para dañar, ¡no se queden callados!

Porque la verdad, al final, siempre sale a la luz. ¡Y el que miente, tarde o temprano, la paga!

¡Nos vemos en la próxima, y cuídense mucho!