Qué va a pasar con el equilibrio fiscal de Milei en medio de la presión legislativa y el costo de la deuda
En medio de la incertidumbre cambiaria, el Gobierno festeja el superávit fiscal del primer semestre. ¿Alcanza para salir del pozo o hay que seguir ajustando el cinturón? Te lo contamos en criollo.

¡Che, gente! En esta semana que nos tuvo con el corazón en la boca por el dólar, el Gobierno salió a mostrar los números del primer semestre y, ¡ojo al piojo!, hay superávit fiscal. Sí, leyeron bien. Parece que están cumpliendo la meta que se autoimpusieron, incluso más de lo que les pide el Fondo Monetario Internacional (FMI). Desde el Palacio de Hacienda, dicen que este objetivo es más exigente que el acuerdo formal con el organismo.
Pero, ¿qué significa todo esto para nosotros, los laburantes? Bueno, según el Gobierno, esto es clave para mantener la economía a flote. Dicen que el orden en las cuentas es fundamental para que no se nos vaya todo al bombo.
Ahora, no todo es color de rosa. Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), algunos gastos aumentaron, sobre todo en jubilaciones y transferencias a las provincias. ¿Y de dónde sacaron la guita? ¡Ah, amigo! Ahí viene la parte que no nos gusta tanto: recortaron subsidios a la energía y programas sociales. Como dice el dicho, tiran con pólvora de rey.
Además, el Grupo SBS advierte que hay que tener cuidado con el costo financiero, porque las tasas de interés altas pueden complicar las cosas a futuro. Y la consultora LCG dice que, si el Congreso aprueba más gastos, el Gobierno va a tener que seguir recortando en otros lados. O sea, ¡ajuste que te ajuste!
En resumen: el Gobierno se pone las pilas con el superávit, pero a costa de algunos sacrificios. Habrá que ver si este esfuerzo vale la pena y si realmente nos lleva a un futuro mejor. Por ahora, sigamos laburando y esperando que la cosa mejore. ¡Fuerza, gente!