Dólar, pesos y la pulseada por la competitividad: ¿Qué onda con el tipo de cambio real?
Economistas debaten si el dólar está caro o barato y cómo afecta a tu bolsillo. Te contamos por qué es clave para las exportaciones y si el Gobierno debería meter mano o dejar que flote. ¡Atenti!

Che, ¿qué onda con el dólar? Seguro te preguntaste alguna vez si está caro o barato. Y no es solo cosa de billetes, sino que afecta directamente a lo que compras, a lo que exporta el país y hasta a las reservas del Banco Central.
Los economistas le dan mucha manija al tipo de cambio real, que básicamente mide qué tan competitivos son nuestros productos en el mundo. ¿De qué depende? De los precios acá, del precio del dólar y de cómo está el dólar en los países que nos compran y venden.
Algunos dicen que la solución es devaluar cada tanto, como para darle un empujón a la competitividad. Otros, en cambio, creen que hay que laburar en bajar los precios internos, sobre todo en las fábricas, para que podamos competir sin necesidad de andar devaluando.
Desde que asumió Javier Milei, el Gobierno dejó que el dólar flote dentro de una banda, o sea, con un piso y un techo. Pero los economistas siguen mirando el tipo de cambio como si fuera la clave de todo. Y en una economía como la nuestra, que vivió tantas crisis y regulaciones, es entendible que le presten atención.
Según un informe del Banco Central, el tipo de cambio real multilateral (que mide el precio de nuestros productos contra los de nuestros principales socios comerciales) anduvo en promedio en 115,5 puntos desde 1997 hasta 2023. Después, bajó a 80,4 con Alberto Fernández, subió a 95,1 al principio del gobierno de Milei, volvió a caer a 82,2 y ahora está en 90,2.
¿Qué significa todo esto? Que hay países donde nos conviene exportar (como Reino Unido, Canadá o Estados Unidos) y otros de donde nos conviene importar (como China o Brasil).
Pero ojo, no es solo el tipo de cambio lo que importa. También influyen las reglas de juego de cada país, los impuestos y las expectativas que tenga la gente sobre el futuro. Todo eso junto determina si nos va bien o mal con el comercio exterior.
El ministro Luis Caputo dice que no le preocupa mucho el déficit de la cuenta corriente (la diferencia entre lo que entra y sale del país), porque Argentina tiene superávit fiscal (gasta menos de lo que gana). Pero la realidad es que tenemos deudas y pocas reservas, así que no podemos darnos el lujo de hacer cualquier cosa.
Por eso, el Gobierno empezó con una devaluación fuerte para acomodar el tipo de cambio. La idea es que después se vaya estabilizando y así atraer inversiones y recomponer las reservas del Banco Central.
Un economista de Infobae, Pablo Wende, dice que el dólar ya subió lo que tenía que subir y que ahora nos conviene que el dólar esté débil en el mundo, porque así nuestros productos son más competitivos. En criollo, que irse de vacaciones a Brasil ya no va a ser tan barato y que los brasileños van a venir acá a aprovechar los precios.
Otro economista, Alberto Cavallo, dice que una canasta de productos es hoy 1% más barata en Argentina que en Estados Unidos, aunque los electrónicos siguen siendo caros. Y que los costos relativos con Brasil bajaron mucho, así que ahora nos conviene más comprar acá que allá.
En resumen, el tema del tipo de cambio es un quilombo. Pero lo importante es entender que no se puede forzar una situación si no hay bases sólidas. Hay que laburar en muchas cosas para que la economía funcione y no solo andar tocando el precio del dólar.
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