¿Infiel sin tocarse? El drama de Carla: "Me enamoré de sus palabras, no de su piel, ¿hice mal?"
Carla creyó encontrar el amor en un ex compañero, pero solo chatean. ¿Es infidelidad? Un psicólogo explica este nuevo quilombo amoroso que está pasando en los barrios.

¡Che, loco! ¿Se puede ser infiel sin mandarse fruta? Parece joda, pero es la que le está pasando a Carla, una laburante como vos y como yo. La mina está casada, con hijos, todo piola... ¡hasta que apareció un ex compañero de la facu!
Resulta que este pibe la contactó por laburo, pero la cosa se puso heavy. Empezaron a charlar de todo, libros, pelis, la vida... ¡y Carla se sintió más viva que nunca! El tema es que, ojo al piojo, ¡nunca se vieron en persona! Todo por mensajitos. ¿Es infidelidad o solo un "chichoneo" virtual?
Carla le contó al escritor Juan Tonelli (que la escuchó sin juzgarla, un capo): "No lo toqué ni una vez, pero me temblaban las manos cada vez que lo escuchaba". ¡Tremendo! La mina se siente culpable, pero a la vez, chocha de que alguien la entienda. Su marido, Esteban, un laburador que se rompe el lomo, no le da esa charla que necesita. ¿Se entiende?
Tonelli, que la tiene atada, lo explica así: "A veces, lo que nos sacude no es la presencia de otro, sino lo que revela de nosotros. La aparición de alguien que nos fascina por cómo piensa, por cómo escribe, por cómo mira el mundo, no siempre busca reemplazar lo que tenemos, sino que puede mostrarnos lo que nos falta". ¡Una bocha, maestro!
O sea, no se trata de echar a Esteban (que seguro es un laburante de diez), sino de ver qué está faltando en la pareja. ¿Falta charla? ¿Falta pasión? ¿Falta que alguien te pregunte cómo estás de verdad? ¡Ojo! No siempre la culpa es del otro, a veces uno se encierra y no se da cuenta.
La cosa es que Carla tiene un quilombo bárbaro en la cabeza. ¿Debería contarle a Esteban? ¿Debería mandarle un wassap al ex compañero y decirle "hasta acá llegamos"? ¿O debería ponerle un poco de pimienta a su matrimonio? ¡La decisión es suya! Pero si andás en una parecida, ¡ojo al gol! A veces, el corazón te juega una mala pasada y terminás lastimando a quien menos lo merece.
Así que ya sabés, si te sentís identificado con Carla, ¡ponete las pilas! Hablá con tu pareja, buscá ayuda si la necesitás, pero no te quedes callado. ¡Porque al final, el silencio mata más que una cornada!