La yerba mate puede ayudar en el control de la diabetes y la obesidad
Investigadores de Estados Unidos hallaron que la yerba mate aumenta la producción de la hormona GLP-1, clave para controlar el azúcar en sangre y la sensación de saciedad, abriendo posibilidades para su uso en diabetes tipo 2 y obesidad.

La yerba mate, bebida originaria de Sudamérica, es reconocida por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y su capacidad para reducir grasas, beneficiando la salud humana.
Un estudio realizado por investigadores del Departamento de Biología Celular y Fisiología de la Universidad Brigham Young, publicado en la revista Nutrients, analizó cómo la yerba mate influye en dos hormonas incretinas: GLP-1 y GIP, que regulan el azúcar en sangre y el apetito.
El estudio descubrió que consumir yerba mate aumenta significativamente la producción de GLP-1 en el intestino y sus niveles en sangre, sin afectar al GIP. Esto es relevante porque la GLP-1 promueve la saciedad y retrasa la digestión, sin los efectos negativos que puede tener el GIP en la acumulación de grasa.
Los resultados sugieren la posibilidad de que la yerba mate sea un suplemento potencial para personas con diabetes tipo 2 y obesidad, mejorando la actividad de la GLP-1 de manera segura y natural.
Además, los investigadores destacaron la importancia de la interacción entre la yerba mate, el intestino y su microbiota, señalando la necesidad de estudiar más esta relación y su impacto en la salud.
La yerba mate ha sido consumida desde tiempos ancestrales por pueblos guaraníes y su consumo se expandió globalmente, siendo popular entre deportistas y celebridades. Estudios anteriores ya mostraban beneficios que incluyen energía sostenida sin bajones y efectos positivos sobre el metabolismo.
En el estudio reciente, ratones fueron divididos en dos grupos, uno con acceso a agua y otro a yerba mate durante cuatro semanas, tras lo cual se observó un aumento marcado de GLP-1 en intestinos y sangre en el grupo tratado con yerba mate, pero sin cambios en la hormona GIP.
Experimentos adicionales mostraron que un derivado del compuesto ácido ferúlico presente en la yerba mate, llamado dihidroferúlico, inducía la producción de GLP-1, indicando que la microbiota intestinal transforma los compuestos de la yerba mate en formas activas.
Expertos como el médico Silvio Schraier consideraron el estudio bien diseñado aunque con muestra limitada, y destacaron que la GLP-1 es un objetivo conocido para tratamientos de diabetes y obesidad, por lo que la yerba mate podría ser una futura herramienta funcional y probiótica, siempre que se realicen ensayos clínicos para confirmar los beneficios y la dosis adecuada.
Juan Ferrario, investigador en yerba mate del Instituto IB3 del Conicet y la UBA, calificó el estudio como muy valioso, y recordó que el mate reduce colesterol malo, triglicéridos y previene aumento de peso por acumulación de grasa.
Ferrario señaló que el estudio estableció por primera vez el papel de la microbiota en la acción beneficiosa de la yerba mate y destacó la necesidad de investigar qué poblaciones bacterianas intervienen y cómo varían según factores dietarios. Resaltó además que la yerba mate contiene más de 150 principios activos y destacó la relevancia del ácido ferúlico en esta investigación.
Finalmente, subrayó la oportunidad para la ciencia argentina de potenciar la investigación en yerba mate como área estratégica, fomentando más recursos económicos y estudios.