¡A no desesperar! ¿La inflación da otra tregua? Expectativas y el dólar que mete presión
Después del golpe de junio, el Gobierno apuesta a que los precios aflojen en julio. El dólar, siempre atento, y el campo con la esperanza de dólares frescos. ¿Llegaremos bien a las elecciones?

¡Che, gente! Agárrense, que la economía es como una calesita: sube y baja, pero siempre nos marea. Después de que la inflación de junio nos diera un sustito, con los alimentos y bebidas por las nubes, el Gobierno se juega una ficha importante: que julio traiga un respiro a nuestros bolsillos.
Las consultoras andan diciendo que el mes pasado los precios saltaron casi un 2%. ¡Un montón! Pero ojo, que en mayo habíamos festejado un 1,5%, el número más bajo en cinco años. ¿La clave? Las frutas y verduras, que se pusieron las pilas y bajaron de precio. Pero parece que esa fiesta se terminó...
Ahora, todos coinciden en que junio fue más caro. Aceites, carne... ¡Todo subió! Y para julio, los primeros pronósticos hablan de un 1,6%. Un poquito mejor, pero todavía lejos de lo que necesitamos. Encima, YPF nos clavó un aumento del 3,5% en la nafta. ¡Como si fuera poco! Y el transporte también se sumó a la fiesta de los aumentos.
Pero no todo es pálida, muchachos. Dicen que las vacaciones de invierno podrían darle un empujoncito a los precios del turismo. Hoteles, restaurantes... ¡A preparar la billetera! Y el dólar, siempre metiendo presión. Ayer pegó un salto del 1,6% y llegó a $1.235. ¡El valor más alto desde que sacaron el cepo!
¿Por qué subió el dólar? Parece que la gente salió a comprar después de cobrar el sueldo, y que algunos bancos grandes se están deshaciendo de sus inversiones en pesos. JP Morgan, por ejemplo, ya avisó que se va. ¡Y eso mueve el mercado!
Pero hay una luz al final del túnel. Se espera que entren dólares frescos del campo. Los exportadores tienen tiempo hasta el 21 de julio para aprovechar la baja de retenciones. ¡Se habla de 4.500 millones de dólares! Si eso se concreta, el dólar podría calmarse y, con suerte, los precios también.
Pero ojo, que ya nos comimos la pastilla en abril, cuando el dólar subió y después bajó. ¡No hay que apurarse a remarcar! La cosa está complicada, pero si el Gobierno se pone las pilas y el campo cumple, quizás podamos llegar a las elecciones con un poco más de aire. ¡Veremos qué pasa!
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