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¡Qué lío!

¡Bomba! Cartas de amor de Beatriz Sarlo revelan un culebrón inesperado... ¡y una gata en disputa!

Papeles íntimos de la intelectual argentina destapan una historia de amor oculta, un encargado "manso" y una herencia que promete novela. ¿Quién se queda con el depto y la gata Nini?

¡Bomba! Cartas de amor de Beatriz Sarlo revelan un culebrón inesperado... ¡y una gata en disputa!Crédito: Infobae

¡Che, gente! ¿Se imaginaban a la Sarlo, la mina que te disecciona un libro en dos segundos, escribiendo cartitas de amor como una quinceañera? ¡Yo tampoco! Pero parece que la vida de Beatriz Sarlo era más picante de lo que creíamos. Resulta que, después de fallecer, apareció un quilombo por la herencia y, ¡agarrate!..., ¡se destapó un romance de esos que te dejan con la boca abierta!


Todo este lío arrancó porque Melanio Alberto Meza, el encargado que la ayudaba a Sarlo, presentó un papelito escrito por ella donde decía que, si le pasaba algo, él se hacía cargo del departamento y... ¡de la gata Nini! Sí, leíste bien, ¡la gata!


Pero acá se puso heavy la cosa, porque Alberto Sato, el ex marido de Sarlo (¡con el que nunca se divorció, ojo al piojo!), también reclamó la herencia. ¡Y ahí explotó la bomba! Para demostrar que Sato no era el "marido-marido", como quien dice, aparecieron unas cartas que Sarlo le dedicó a su compañero de los últimos 40 años, el cineasta Rafael Filipelli. ¡Un amor de décadas que nadie veía venir!


En esas cartas, la Sarlo se despachaba con frases como: "Para Rafael, que siempre lee antes y lee mejor, con todos los afectos y amores". ¡Tremendo! ¡La intelectual rendida a los pies de su "Rafito"! Parece que el tipo la inspiraba y la entendía como nadie.


Pero no todo es amor en esta historia. También está el encargado, Meza, que según parece, era un tipo de confianza para Sarlo. Ella misma escribió: "Alberto Meza quedó a cargo de mi departamento después de mi muerte. Y también quedó a cargo de mi gata Nini, que te aprecia tanto como te aprecio y valoro yo".


Ahora, la gran pregunta es: ¿quién se queda con el departamento y, más importante aún, con la gata Nini? Por ahora, la justicia le dio una chance al ex marido, Sato, de pelear por la herencia. Los amigos y colegas de Sarlo, por su parte, están más preocupados por quién se va a encargar de su obra, de sus libros y escritos.


Así que, gente, esto quedó picando. Un culebrón inesperado con cartas de amor, un ex marido, un encargado "manso" y una gata que parece ser la clave de todo. ¡Quién diría que la vida de Beatriz Sarlo era tan apasionante! Estaremos atentos a ver cómo sigue esta novela...

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