Estados Unidos atacó una base nuclear iraní con una bomba e 500 millones de dólares
Estados Unidos usó la GBU-57A/B, la bomba no nuclear más zarpada del arsenal, para pegarle a la planta nuclear iraní de Fordow, una fortaleza bajo tierra en Qom. Una movida que prende la mecha en Medio Oriente.

En un contexto donde Medio Oriente anda con la sangre en el ojo, Estados Unidos sacó su arma más pesada: la bomba GBU-57A/B Massive Ordnance Penetrator, una mole de más de 15 toneladas diseñada para partir al medio hasta los bunkers más jodidos. La víctima: la planta de enriquecimiento de uranio de Fordow, escondida bajo una montaña en las afueras de Qom, a unos 300 pies de profundidad, nada fácil de caerle.
Este monstruo, que solo puede cargar el bombardero furtivo B-2 Spirit (un avión que parece de película y que solo los yankis tienen), no es cualquier juguetito: tiene explosión retardada para detonar bien adentro y destruir los sistemas nucleares más críticos, como las centrifugadoras. Según el experto John Spencer, esta bomba se manda un "entra y explota" que hace imposible que te levantes rápido del palo.
Además, el costo de está bestia se acerca a los 500 millones de dólares por unidad, una inversión que el Wall Street Journal confirma con que se fabricaron al menos 20 para uso exclusivo de la Fuerza Aérea norteamericana. El ataque fue muestra en una imagen satelital del 12 de febrero de 2025 por Maxar Technologies, que dejó a todos con la boca abierta.
El gobierno de EE.UU. ya tiró que el operativo fue un "éxito abrumador", pero la movida podría desatar un bardo internacional grande. Mientras tanto, el futuro del complejo nuclear iraní sigue en vilo y el tablero geopolítico de la región está más caliente que un horno sanjuanino en verano.