¡PUM! Arrestaron al alcalde estrella de Estambul y Erdogan se mete en un quilombo grosso
Turquía está patas para arriba tras la detención de Ekrem Imamoglu, rival top de Erdogan. Las protestas coparon Estambul y la economía se fue al mazo. ¿Se viene la debacle del autócrata turco?

En la madrugada del 19 de marzo, el panorama en Turquía dio un giro tremendo cuando arrestaron a Ekrem Imamoglu, nada menos que el alcalde de Estambul y competencia directa del poderoso presidente Recep Tayyip Erdogan. La movida policial no fue joda: metieron 200 agentes a full y dejaron al hombre tras las rejas con cargos de corrupción y terrorismo—acusaciones que mucha gente y hasta observadores internacionales ven más como un chamuyo que como algo serio.
La reacción no tardó, y se armó una movida popular como hacía años que no se veía en Turquía. Más de un millón de personas salieron a las calles de Estambul y otras provincias para decirle "basta" a la represión. Las marchas juntaron pibes que solo conocen la era Erdogan y que ahora se plantaron sin miedo. Mientras tanto, la economía turca se dio vuelta y la lira pegó un bajón tremendo, con intervención del banco central y todo para no dejarla hecha bosta.
Erdogan, que prometió modernizar y democratizar el país allá por el 2003, ahora parece más bien un capo que maneja todo a su antojo, anulando a la oposición y usando la Policía para meter miedo. Esta no es la primera vez que aplica mano dura: tiene a opositores como Selahattin Demirtas y Osman Kavala presos, y no se achica a la hora de limpiar su camino. Pero la detención del alcalde Imamoglu, lejos de frenarla, fortaleció a la oposición, que ahora tiene más fuerzas y apoyo popular que nunca.
La cuestión es qué hará Erdogan frente a esta tormenta: ¿seguirá apretando hasta quedar solo con sus colaboradores fieles o dejará que las cosas sigan su curso para evitar un desastre mayor? Por ahora, la política en Turquía está que arde y el futuro parece más incierto que nunca para el autócrata. La pelota está picando, y ojo porque no todos los días se ve un capo en la cuerda floja.