La odisea de Gonzalo, el motociclista rescatado en la Difunta: "Estuve 24 horas sin agua, estoy vivo de milagro"
El joven que se accidentó en la travesía con sus amigos, le narró en Exclusiva a Del Sur Diario la pesadilla vivida el domingo pasado en la Difunta Correa.

Pasó 24 horas sin tomar agua y helado de frío en el medio de la nada. Sin luz, sin comunicación telefónica y con un fueguito que apenas le calentaba sus manos congeladas. "No quería comer ni hablar para no tener sed, sabiendo que no teníamos agua", cuenta. Pasó la noche en el monte, junto a otros 6 motociclistas que esperaban que se hiciera de día para poder volver. Sus amigos salieron a pedir ayuda y él para "no pensar en que no tenía agua, empecé a caminar solo e hice más de tres kilómetros. En el trayecto me desmayé dos veces y Recién me desperté cuanto los médicos me estaban asistiendo".
Relato conmovedor de Gonzalo Rojas (23 años), el motociclista que salió a andar en moto junto a 15 amigos más, en el medio de la aventura sufrió una caída, se quebró la clavícula y la travesía se convirtió en una pesadilla.
Todo sucedió el domingo por la tarde en un monte ubicado entre El Encón y la Difunta Correa). Después de la odisea vivida, Gonzalo le abrió el teléfono a Del sur Diario y en una nota exclusiva le contó la pesadilla que vivió.
"Estuve más de 24 horas sin tomar agua, caminé más de tres kilómetros, me desmayé dos veces, una de ellas cuando me encontraron. Luego me desperté cuando me estaban asistiendo. Estoy vivo de milagro. Decidí levantarme con el dolor de la quebradura y caminar para olvidarme que no tenía agua y estaba deshidratado" , comenzó contando el motociclista oriundo de las Casuarinas, 25 de Mayo.
Él junto a otros 5 motociclistas hicieron noche en el monte para acompañarlo, tras la fractura que sufrió. Esas 7 horas bajo el frío, sin luz y sin agua eran "interminables. No teníamos agua y yo no quería comer para que no mediera sed, es más no hablábamos para que no nos diera sed. Nos comunicábamos con señas. Menos mal que pudimos hacer fuego para pasar el frío".
Todo comenzó con una travesía normal, "que salimos a hacer con unos amigos, éramos 16 chicos, íbamos divididos en tres grupos y yo iba en el del medio. Era la primera vez que hacía esta huella y no la conocía bien. De repente me encontré con un salto, caí y ahí fue cuando me empezó a dólar el brazo. Después me di cuenta que era una fractura. Como era de noche y yo no podía subirme a la moto para volver, decidimos hacer noche con otros chicos más. El resto salió a buscar ayuda. No nos perdimos como dicen todos, pasó que tuve un accidente y eso nos demoró la salida".
Toda experiencia deja un mensaje de aprendizaje, "la próxima vez tenemos que salir más equipados por las dudas que nos pueda pasar algo. No ir tan confiado y llevar mucha agua y comida. Yo era la primera vez que hacía esta huella", añadió Gonzalo que lleva 17 años arriba de la moto desde que era pequeño.
Claro pero en estos momentos en los que se está recuperando de la fractura sufrida a Gonzalo no se le olvidan las personas que colaboraron "los Vargas, todos los motociclistas, al policía y sobre todo le agradezco a Mabel Calderón. Ella es la mamá de uno de los chicos que llamó a la policía".