Una familia pagó $200 mil tras ser extorsionada para recuperar el peluche de su hijo con autismo
Lo que parecía una movida solidaria terminó en un hecho indignante: les exigieron el doble de la recompensa para devolverles el objeto de apego del nene.

En el departamento de Tunuyán, Mendoza, una familia atravesó una situación angustiante luego de perder un peluche que es clave en la vida cotidiana de su hijo, que tiene Trastorno del Espectro Autista (TEA). Lejos de encontrar empatía, fueron víctimas de una extorsión y terminaron pagando $200 mil para poder recuperarlo.
Todo comenzó cuando notaron que el osito -compañero inseparable del niño- había desaparecido en las inmediaciones de la plaza principal de Tunuyán. Ante la desesperación, los padres publicaron fotos del muñeco en redes sociales y apelaron a la buena voluntad de los vecinos para encontrarlo.
Pero la respuesta no fue la esperada. Al no obtener novedades, la familia decidió ofrecer una recompensa de $100.000. En la publicación se leía: "Ofrezco $100 mil de recompensa si alguien encontró el peluche de apego de mi hijo, pido encarecidamente se comunique, es de suma importancia encontrarlo".
En ese mismo mensaje explicaban el motivo del pedido: "Tiene TEA y todos sus logros giran a través de ese peluche, lo necesita, pido a la comunidad de Tunuyán, solidaridad y empatía, no es un peluche más, es el apego de un niño que lo necesita".
Sin embargo, lo que parecía encaminarse hacia una historia con final feliz dio un giro inesperado. Según informó el portal 8Digital, una pareja se comunicó con la familia y afirmó tener el peluche, pero bajo amenaza les pidieron $200.000 -el doble del monto ofrecido inicialmente- y advirtieron que, si no les pagaban, el muñeco desaparecería.
Sin muchas alternativas y con el dolor de ver a su hijo descompensado, aceptaron el chantaje. La entrega del objeto se pactó en una vivienda del barrio Bombal, y tras varias horas de tensión, finalmente el niño volvió a tener entre sus brazos a su peluche gris. "Después de una larga negociación tengo el peluche. Mensajes, llamadas, ofertas, condiciones", escribió la madre en sus redes.
Ya más tranquilos, y en charla con el diario Los Andes, la mujer reflexionó sobre lo vivido: "Fue increíble todo lo que provocó colocar recompensa". Lo que comenzó como una campaña de solidaridad vecinal terminó siendo una experiencia marcada por el abuso y la falta total de empatía.