Marley fue denunciado por corrupción de menores
El hombre aseguró que tenía 17 años cuando conoció al conductor y que le proporcionó una fuerte droga para tener relaciones sexuales.
Adrián Alfredo Molina es un hombre de 44 años que radicó una denuncia en la Ciudad de Buenos Aires contra Alejandro Wiebe, más conocido popularmente como Marley. Según pudo saber Noticias Argentinas, el damnificado vive en Miami pero viajó a la Argentina para realizar la presentación judicial.
Según relató Molina, a mediados de la década del "90, cuando tenía 17 años, conoció a una persona a través de Internet. Por meses se comunicaron y llegaron a tener mucha confianza. Por ese entonces, la diferencia de edad era de 10 años.
Marley lo habría citado en Palermo para conocerse, se habría subido a su auto para ir a su casa en Zona Norte. El conductor intentó tener relaciones sexuales, pero el denunciante se negó. Finalmente, el joven accedió y mantuvo una relación durante tres años.
El denunciante aseguró que Marley le dio Popper, una potente droga que se inhala para aumentar el placer sexual. "Alejandro colocó en mi nariz una sustancia que se llama Popper, mientras me convencía para tener sexo en el jacuzzi. Me desmayé", dijo Molina.
Lo que pretende el denunciante es el juicio de determinación por la verdad ya que los hechos que se denuncian están prescriptos.
El relato del denunciante
A mediados de la década del "90, mi padre adquirió una computadora la cual me introdujo al mundo de la navegación en las páginas web. En esas cosas a principios del año 96 con 17 años conocí a una persona que se identificó con un alias el cual utilizaba el correo electrónico (da una dirección de correo electrónico que tiene varias letras) ocultando su verdadera identidad, manifestando que se parecía al actor Hugh Grant con lo cual por un par de meses tuve comunicación solo por esa vía, comenzando con una relación de carácter amistosa donde me interrogaba por mi vida, mis cosas, le comentaba sobre mi familia, entre muchas otras, a quien llegué a confiar cosas que nadie sabía.
Para ese momento no tenía definida mi orientación sexual. Esta persona es casi diez años mayor que yo, quien por un tiempo logró mi amistad, me enviaba correos electrónicos diariamente, incluso en sus viajes al exterior. Esa comunicación a diario duró un par de meses. Sin nunca habernos visto ni escucharnos la voz en ese momento no se usaba intercambiar fotos.