¿Qué pasó en el Marcial Quiroga? Paciente grave y familia al palo: "Nos trataron como perros"
José Mario Ramírez llegó al hospital tras un pico de presión, pero la atención demoró y terminó peor. Su hijo denuncia mala praxis y busca justicia mientras Salud investiga el caso.
El martes a la tardecita, pasadas las 19:45, José Mario Ramírez, un hombre de 64 años, fue llevado de urgencia al Hospital Marcial Quiroga por un pico de presión arterial que lo dejó en papelones. Su hijo, Juan Ramírez Marín, no daba crédito a lo que vivió esa noche que parecía no tener fin.
"Arrancó todo bien, lo controlaron, le hicieron unos análisis, pero nadie miró los resultados que él ya tenía de agosto. Le enchufaron suero y ahí empezaron las desprolijidades. Estuvimos toda la noche, con un pibe de 8 años, aguantando el hambre y el mal trato entre gente que se quejaba a los gritos", contó Juan a TELESOL DIARIO.
Las horas pasaron como eternas y cuando ya el reloj marcaba cerca de las 6 de la mañana, la situación se puso brava. José Mario fue al baño y comenzó a perder sangre a mares. "Lo vi y mi viejo estaba con una sonda y ni sabía para qué. ¡Y los médicos estaban dormidos y chamuyando en el celular, cagándose de risa mientras mi papá se me moría!", relató indignado.
Entre tanto desmadre, un enfermero se mostró solidario y le confesó que "siempre hacen lo mismo y ahora me dejan todo a mí, se lavan todos la mano". Pero nombres de quien lo atendió, ni noticias, según detalló Juan.
Por eso, con bronca y desesperación, José Mario fue trasladado al Hospital Rawson, donde lo internaron en terapia intensiva. Resultó que la sonda tenía un nudo que le provocó una pérdida grave de sangre. "Dormimos en una silla, con mi hermano chiquito mirando todo el despiole. Ni un bocado pudimos sacar. La Policía anduvo pero no pudo hacer nada", recordó el hijo.
En el Rawson se quedaron patitiesos por cómo lo dejaron en el Marcial Quiroga. "Todos charlaban para entender qué le hicieron", señaló Juan, de cara a una posible denuncia por mala praxis. Este jueves volvió al hospital para sacar jugo y pedir los nombres de los profesionales responsables, pero le cerraron la puerta en la cara y no le permitieron ni filmar.
Mientras las autoridades de Salud provincial tomaron cartas en el asunto, el hijo sigue firme: "Me dijeron que la semana pasada murió una persona por mala praxis acá. Basta, necesitamos una solución, nos trataron como perros".