La historia de los cuatro acusados de cazar y carnear a un yaguareté en Formosa: quiénes son y cómo esperan el juicio
Cuatro changarines de Formosa enfrentan la justicia por matar un yaguareté. ¿Defensa propia o crimen ambiental? El juicio que puede sentar un precedente clave.

¡Tremendo quilombo se armó en Formosa! Cuatro laburantes del campo van a juicio por la muerte de un yaguareté. La historia, digna de una película, arrancó cuando se les perdió una vaca lechera en un campo cerca de Ibarreta, provincia de Formosa, a fines de julio de 2024.
Máximo Cisneros (61), el dueño del campo, les pidió una mano a Walter Hugo Ponce De León (45), Viterman Ponce De León (38) y Claudio Cisneros (30), tres changarines que andaban por la zona, para encontrarla. La encontraron, sí, pero muerta. Y al lado, ¡un yaguareté!
Según cuentan los muchachos, los perros se le fueron al humo al yaguareté y se armó un flor de lío. "Nos empezó a atacar. Mató dos perros. Los trituró", declaró Viterman. "Nosotros somos hombres de campo, estamos acostumbrados a trabajar con animales ariscos, pero nunca vimos un bicho tan poderoso como ese. A la vaca se la comió", agregó Hugo.
La cosa es que, por miedo, agarraron una escopeta vieja que tenían y le dieron un tiro. Claudio fue el que gatilló, pero los cuatro terminaron posando para una foto con el animal muerto, como si fuera un trofeo. ¡Error! Las fotos llegaron a manos de Ana Magdalena Gutiérrez, representante de la Subcomisión Chaqueña para la Conservación del Yaguareté, y ahí se pudrió todo.
El yaguareté, muchachos, está protegido por ley. ¡Quedan solo 20 ejemplares en el Gran Chaco argentino! La justicia actuó rápido: allanaron el campo de Cisneros, los otros tres se entregaron después de estar prófugos, y ahora, el 12, 13 y 14 de agosto, se enfrentan a un juicio oral. ¡Es la primera vez que pasa algo así en Argentina!
Los muchachos dicen que están arrepentidos, que actuaron en defensa propia y que nunca supieron que el yaguareté era tan "protegido". "Matamos al bicho y después nos lo comimos: no fue un trofeo como se dijo", se justificó Hugo. "No teníamos idea… Pero tuvimos que decidir, era la vida del bicho o la nuestra", siguió Claudio.
Ahora, más allá de si tenían razón o no, el juicio puede marcar un antes y un después en la protección de animales en peligro de extinción. Como dice Nicolás Lodeiro Ocampo, de la Red Yaguareté: "Queremos que les apliquen la pena máxima, aun cuando eso implique que después queden libres. De esa manera podremos trabajar sobre la Ley 22.421, de Conservación de la Fauna, que está vieja y obsoleta".
¿Será un escarmiento para que nadie más se anime a tocar un yaguareté? ¿O un caso de laburantes que se toparon con la mala suerte y ahora pagan los platos rotos? El tiempo dirá. Lo que sí sabemos es que el tema quedó picando...