Crédito al toque, pero... ¡Se están colgando! Aumenta la morosidad con la tarjeta y hay que tener cuidado
Se reactivó el crédito, ¡una alegría! Pero ojo, que se disparó la morosidad, sobre todo con las tarjetas. ¿Cómo no caer en la volteada? Te contamos todo, posta.

¡Che, gente del Sur! Parece que la cosa se está moviendo un poco en la economía, ¿vieron? Después de un 2023 para el olvido, donde el crédito era menos que un vuelto, ahora las entidades se están animando a prestar más. Y eso es un golazo, ¡pero hay que estar atentos!
Resulta que, según un informe que levantamos de Infobae, el crédito al sector privado pasó del 4% al 10% del PBI. ¡Más del doble! Pero acá viene la parte que nos preocupa: se está disparando la morosidad, o sea, la gente que no puede pagar las deudas.
¿Dónde está el quilombo? Principalmente, en las tarjetas de crédito. La mora en este rubro ¡se duplicó! Y lo peor es que afecta más a los que menos tienen. Escuchen esto: la mora en tarjetas para los que ganan menos de dos salarios mínimos ¡llega al 9%! Una locura.
Cecilia Boufflet, la especialista que analizó los datos en Infobae, lo explica clarito: antes, con la inflación galopante, uno se endeudaba en cuotas porque sabía que se iban a licuar. ¡Ahora no! Ahora las cuotas pesan, y si no te organizás, te puede comer la tarjeta.
¿Qué podemos hacer para no quedar en el horno? Acá van algunos consejos, piola:
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Fondo de emergencia: Antes de meterte en un crédito grande, juntá un fondo para cubrir dos o tres meses de gastos fijos. Si gastás un millón al mes, ¡juntá tres millones!
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Matá las deudas chicas: Empezá por las deudas más viejas y con más intereses. Así te sacás un peso de encima rápido.
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Ojo con el descubierto: Usar el descubierto del banco para pagar la tarjeta solo sirve si lo cubrís en pocos días. ¡Si no, se te hace una bola de nieve!
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¿Crédito personal para pagar la tarjeta? Solo si la tasa es más baja y el plazo corto. ¡Y después cortá la tarjeta al medio, eh!
En resumen, gente: el crédito es una herramienta, no una solución mágica. Hay que usarla con cabeza, organizarse y no gastar de más. ¡Así evitamos dolores de cabeza!
Así que ya saben, abran bien los ojos antes de firmar cualquier cosa, porque después, ¡nadie te regala nada!