El Gobierno apuesta a que la restricción monetaria y tasas reales positivas alcancen para dominar al dólar
Ahora el peligro concreto es que una suba mayor del tipo de cambio impacte sobre los niveles de inflación, que en ese caso se iría cómodamente arriba del 2%. Algunas Alycs recomiendan volver a realizar "carry trade" a estos niveles y siguen las compras en bloque del Tesoro

¡Pará, pará, pará! Que el dólar se movió y ya salieron los agoreros de siempre a predecir el apocalipsis. Pero, ¿qué tan grave es la cosa? Parece que el billete verde se puso las pilas y escaló un 10% desde fines de junio. Pasó de $1.260 a $1.280 para el minorista, y el mayorista cerró en $1.264.
Ahora bien, antes de que te agarre un ataque, veamos qué onda. Según los que saben, este reacomodamiento no sería tan terrible. ¡Ojo! Dicen que el oficial está por debajo de lo que cotizaba el blue hace un año. El tema es la velocidad con la que está subiendo, y que ya superó la mitad de las bandas cambiarias. Algunos temen que toque el techo de $1.450.
¿Por qué subió? Varias razones: las cerealeras están liquidando divisas a lo loco antes de que cambien las retenciones, muchos se están cubriendo ante la posible escasez de dólares más adelante, y el público sigue comprando dólares como si no hubiera un mañana. En mayo, ¡se llevaron USD 2.000 millones!
Pero tranquilos, que no cunda el pánico. Algunos analistas creen que la suba del dólar podría generar nuevas oportunidades de "carry trade". ¿Qué significa esto? Que si el dólar llega a $1.229, sería negocio pasarse de dólares a pesos para aprovechar los rendimientos de los bonos o plazos fijos.
Y acá viene la parte picante: hay quienes dicen que el Tesoro siguió comprando dólares en bloque. El 3 de julio habría metido otros USD 200 millones. "Ponerse nervioso porque el dólar se ajustó en un contexto de flotación y con aumento de reservas no tiene sentido. Pero sí es cierto es que hay algunos que quieren jugarle en contra al Gobierno y que esto explote", tiró un operador.
En el equipo de Luis Caputo confían en que el plan económico frenará la suba del dólar. El superávit fiscal, la racionalización del Estado, el control monetario y las tasas positivas serían la clave. Ahora, la pregunta del millón es si el dólar frenará cerca de los $1.300. Si supera ese nivel, el peligro es que la inflación se dispare antes de las elecciones. ¡Y eso sería un papelón para el Gobierno!
Así que, muchachos, a estar atentos. El dólar se movió, pero no necesariamente es el fin del mundo. Mantengamos la calma y veamos cómo sigue la novela. Lo que sí, no se dejen llevar por los que quieren hacer leña del árbol caído. ¡A no regalarse!