Berta, la Vieja Gardel: De lavandera a madre del mito, una vida de lucha y un amor eterno por su hijo Carlitos.
La historia de Berta Gardes, la madre de Carlos Gardel. Una vida de sacrificios, escándalos y un amor incondicional por su hijo, el zorzal criollo.

¡Che, qué historia la de Berta!
La vieja Gardel, una mina que la remó desde piba, eh. De Toulouse a Buenos Aires, laburando de lavandera para darle un futuro a su pibe, Carlos. Y mirá vos, ¡el pibe llegó a ser Gardel! Un ídolo, un mito, el zorzal criollo.
Berta Gardes, nacida en Toulouse, Francia, en 1865, tuvo que bancarse ser madre soltera en una época donde eso era un quilombo bárbaro. Pero ella se puso las pilas y se vino a la Argentina con el pequeño Carlos, buscando una vida mejor.
Acá laburó duro, planchando ropa para mantener a su hijo. ¡Imaginate el sacrificio! Pero ella siempre estuvo ahí para Carlitos, apoyándolo en todo. Y él, cuando se hizo famoso, nunca se olvidó de su vieja. Le compró una casa, la llenó de retratos suyos y la cuidó hasta el último día.
Dicen que Berta nunca superó la muerte de Gardel en el accidente de Medellín. Se la pasaba escuchando sus tangos en la radio y yendo al cine a ver sus películas. Era su manera de sentirlo cerca, de mantener viva su memoria.
La vieja Gardel falleció en 1943 y fue enterrada junto a su hijo en el cementerio de la Chacarita. Una historia de amor incondicional, de lucha y de un lazo eterno entre una madre y su hijo. ¡Qué grande Berta! Una verdadera leona.
Y ahí descansan juntos, como siempre debió ser. Porque al final, más allá del mito, Gardel siempre fue el hijo de Berta. Y ella, su más grande admiradora.