El quilombo de las patentes de papel: problemas legales y riesgos en accidentes
La falta de chapas metálicas obligó a usar patentes provisionales en papel, difíciles de leer y con validez limitada. Esto complica la identificación en siniestros y dificulta multas por fotomultas y controles policiales.

Desde hace meses, muchos autos circulan con patentes provisionales de papel pegadas en el parabrisas o luneta, por el faltante de chapas metálicas. Estas placas provisionales duran hasta 180 días, pero se dañan rápido, se despegan y son difíciles de leer tanto para cámaras como para agentes en la calle.
El problema se agrava cuando un vehículo con esta patente protagoniza un choque y se da a la fuga, porque identificarlo se vuelve un lío. Las aseguradoras y la Superintendencia de Seguros de la Nación advirtieron que, aunque aceptan estas patentes provisionales si están bien visibles, muchas veces queda al criterio de cada compañía, complicando la cobertura.
Legalmente, circular sin patente reglamentaria acarrea multa de 1.000 unidades fijas (más de $700 mil) y descuento de puntos en el registro. Por eso, la Ciudad intensificó los controles, pero reconocen que las patentes de papel tienen validez legal en esta situación excepcional.
Además, estos papelitos no pueden ser leídos por sistemas de fotomultas ni el Anillo Digital, dejando un vacío en la fiscalización electrónica. La normalización se esperaba para mayo con un nuevo proveedor, pero la calle sigue mostrando este parche que más de un dolor de cabeza genera cuando hace falta identificar rápido a un conductor.