La autopsia confirmó que el casero murió por golpes internos graves
Roberto Carlos Peña fue hallado sin vida junto a su bici en 9 de Julio. La autopsia descartó muerte natural y la Justicia sigue investigando todas las pistas.
El caso de Roberto Carlos Peña Fernández, casero de una finca en 9 de Julio, se puso turbio tras su hallazgo el martes a la noche junto a su bicicleta. La primera impresión de un malestar o descompensación quedó en el olvido cuando la autopsia mostró lesiones internas severas: dos golpes fuertes en el tórax, una costilla rota, estallido del bazo y daños graves en el corazón, descartando cualquier causa natural.
El dueño de la finca lo encontró boca abajo en un callejón de tierra a unos 200 metros de la casa, luego de que Peña no atendiera el teléfono. La fiscalía, con el fiscal Iván Grassi y el ayudante fiscal Pablo Orellano al frente, hizo una segunda inspección al lugar buscando huellas o pruebas que ayuden a armar el rompecabezas.
Una de las líneas que se maneja es que las heridas podrían haber sido provocadas por una patada de caballo, aunque no se descartan otras posibilidades. Peña, que tenía entre 45 y 50 años, vivía solo y no tenía denuncias ni conflictos previos conocidos.
Por ahora, la investigación sigue abierta, sin detenidos ni testigos que hayan visto qué pasó realmente. La Justicia no afloja y busca aclarar este misterio que dejó a Rawson con un sabor amargo.
