Verstappen al borde del papelón histórico: casi suspendido tras choque en España
El neerlandés de Red Bull se ganó una penalización pesada en Montmeló y si suma un punto más, se pierde carrera en Austria. Un riesgo grande que tiene a todos mirando qué hace en los próximos GP.

El manso lío en el GP de España le dejó a Max Verstappen una carta complicada en la mano: suma ya 11 puntos de penalidad y si agarra uno más, directamente la FIA lo suspende una carrera. ¡Una data que tiene a todo el paddock y los fans de la F1 al palo! Todo dio vueltas en el circuito de Barcelona, cuando el piloto de Red Bull se pasó de rosca con George Russell.
Según el informe oficial, Max, que ya venía en un reguero después de pisar afuera de pista, recibió el pedido de devolverle la posición a Russell, pero hizo todo lo contrario. Se tiró de manera que en la curva 5 primero dejó que lo pase, pero justo cuando lo superó, pisó el acelerador y le pegó un buen trompazo al inglés. Resultado: 10 segundos de penalty, 3 puntazos en la superlicencia y un bajón de quinto a décimo en la carrera.
Este número, 11 puntos de penalidad sobre un máximo de 12, pone a Verstappen en la cuerda floja. Porque si suma un punto más en el GP que viene en Canadá (del 13 al 15 de junio), se pierde la carrera de Austria, justo la casa de Red Bull. Y si le llega a caer un punto más ahí, chau GP de Gran Bretaña. Tremendo plantón para un tipo que se la juega toda para ser el más groso en la categoría.
Max, lejos de pedir disculpas, se mostró desafiante y tiró que no piensa hablar con Russell y que en la vida "no hay que arrepentirse de demasiado". Algunos, como el ex campeón Nico Rosberg, no se quedaron callados y lo criticaron con todo, diciendo que su maniobra estuvo para la bandera negra, la máxima sanción que implica descalificación directa.
Con la presión encima y la carrera de Canadá a la vuela de página, el neerlandés sabe que cualquier nuevo error lo va a mandar al mazo. Su jefe en Red Bull, Christian Horner, admitió que esto es un momento jodido y que Max va a tener que manejar la situación con la cabeza fría para no quedarse afuera.