En San Juan, el 80% de las empleadas domésticas trabajan en negro
A pesar de estar protegidas por una ley nacional, la mayoría de las trabajadoras de casas particulares en la provincia no cuenta con derechos laborales básicos. Reclaman registro, salario digno y condiciones justas.

En San Juan, el trabajo doméstico atraviesa una grave crisis de informalidad: el 80% de las trabajadoras del sector no está registrada. La falta de derechos laborales básicos como obra social, aportes jubilatorios y cobertura por accidentes laborales deja a miles de mujeres en una situación de extrema vulnerabilidad, con salarios por debajo de lo legal y sin garantías mínimas de protección.
A más de una década de la sanción de la Ley 26.844, que establece un régimen especial de contrato para el personal de casas particulares, el incumplimiento es masivo. Lejos de garantizar estabilidad y reconocimiento, la informalidad sigue siendo la regla. Las empleadas realizan múltiples tareas —limpieza, cocina, cuidado de niños o adultos mayores— sin gozar de los derechos que la legislación les reconoce.
Stella Maris Zalazar, secretaria General del Sindicato de Empleadas Domésticas de San Juan, alertó que muchas mujeres, además de percibir salarios por debajo de la escala vigente, deben asumir el costo de los traslados y en muchos casos trabajan sin un horario de salida establecido. Esta sobreexplotación se agrava en contextos económicos adversos, donde el empleo informal se vuelve la única alternativa.
A la falta de registro se suma el congelamiento de los sueldos. Las trabajadoras aún perciben el salario acordado en enero y esperan que el Consejo del Salario active las negociaciones paritarias que permitan una actualización urgente.
La situación en San Juan replica lo que ocurre a nivel nacional: el trabajo doméstico lidera las estadísticas de informalidad. A pesar de su rol fundamental en la organización cotidiana de miles de hogares, las empleadas continúan siendo una deuda pendiente del sistema laboral argentino.